Este de arriba soy yo.
O al menos ese fui yo aquel día en la chalupa mientras subía por el río Napo, por el 2016, cerca de la frontera de Ecuador.
Ahora no sé si soy igual, si soy tan feliz, o si vivo tantas aventuras.
Pero lo intento.
Cada mañana de mi vida al despertar intento recordar aquellas palabras de Dai, el chico japonés que acababa de terminar un curso de técnicas de meditación de 30 días en Rishikesh.
Estábamos sentados en un bonito café.
Yo acababa de terminar mi curso de 200 horas de Hatha Yoga y él acababa de terminar su curso de técnicas de meditación.
Imagínate: 30 días despertándose a las 5 de la mañana y aprendiendo las técnicas más antiguas sobre el control de la mente, respiración y cuidado del cuerpo.
Y voy yo y le pregunto: Dai, si pudieras darme sólo un consejo, si pudieras resumirme en una frase todo lo que has aprendido en el curso, ¿qué sería?.
Y Dai me dijo aquellas palabras que pueden cambiarlo todo.
«Antonio. Cada mañana al despertar antes de abrir los ojos, respira profundamente, siente tu respiración. Nota cómo el aire entra por los agujeros de tu nariz, llénate de aire y quédate ahí, sintiendo que estás vivo, despierto, que un nuevo día empieza».
No me hagas mucho caso, pero yo creo que ahí Dai hablaba de estar presente y de estar agradecido.
Presencia y agradecimiento.
Ser y conceder.
Conceder, a algo más grande que tú, a algo que no puedes entender, que le agradeces el estar aquí dispuesto a empezar un maravilloso día más.
Pues el caso es que ese soy yo, Antonio Herrero Estévez, el webmaster y confundador de recomendacionesytendencias.com
Esta web no es otra cosa que una posibilidad de cumplir un montón de sueños, los míos y los de muchas personas. ¿Cómo? Aún no lo tengo muy claro, pero estoy seguro de que si lo que hago lo hago con el corazón por delante, todo será posible. La web está en pleno crecimiento y definiéndose poco a poco. De momento lo que haré por ti es ayudarte a encontrar el producto que estás buscando. Yo me he pasado muchísimas horas filtrando y analizando entre un montonazo de diferentes productos, y de todos esos que analizo finalmente a ti te muestro sólo tres.
¿Qué ganas con ello? tú ahorras tiempo al buscar un producto porque, si confías en mí, no tendrás que hacer tú mismo el filtro previo a la hora de comprar un producto, o al menos no tendrá que ser tan exhaustiva tu búsqueda. También posiblemente ahorres dinero al comprarlo porque intento mostrar lo que mejor relación calidad precio tiene en el momento.
¿Qué gano con ello? Yo gano la pequeña comisión que me paga Amazon o la empresa que recomiendo cuando recomiendo su producto, y también gano la satisfacción de estar aportando algo valioso a la comunidad en forma de dar trabajo a muchos redactores y personas que hacen que esta web sea posible.
Por eso, si tú pinchas en alguno de los enlaces que van hacia Amazon, y además realizas una compra en las siguientes 24 horas, a mí Amazon me dará una pequeña comisión. Digo pequeña porque es un 1, un 3, un 5, o un 7 % de comisión en el mejor de los casos.
A ti el producto te cuesta exactamente lo mismo independientemente de si pinchas o no en mi botón, ya que mi comisión la paga la empresa que vende el producto.
Imagínate que soy como un comercial de los de toda la vida que habla de los productos de su empresa para que su empresa gane más. ¿La palabra comercial no te gusta mucho?, quizás te suena a manipulador, a vendehumos, a «cómprame esto aunque no te haga falta». o, compra esto porque casualmente es lo que yo recomiendo.
Pues ahí es donde yo intento marcar la diferencia.
Yo trato de contratar a personas que escriben sobre lo que verdaderamente saben y conocen, e intento recomendar y que ellos recomienden sólo los productos o servicios que considero de verdad merecen la pena.
No sé hacerlo de otra manera. Y si alguna vez he sabido, me gustaría olvidarlo.
Para terminar este apartado de sobre mí, déjame hablarte sobre mí sólo un poco más y acabamos.
Pues el caso es que estas son algunas de mis aficiones;
La meditación.
Me fui a un retiro de meditación al centro budista «Tushita», en Dharmsala, en el norte de la India. Desde entonces juraría que veo el mundo de manera diferente y cada día de mi vida pienso en la suerte que tengo de haber estado allí y de tener la posibilidad de volver de nuevo.
El yoga.
Estudié el curso de 200 horas de profesor de Hatha Yoga en Rishikesh, aunque prefiero practicar Asthanga y por probar me hice un reto de un mes de Bikram. ¿Qué para qué sirve el yoga? Para tener tu cuerpo funcionando como nunca hubieras soñado.
El budismo.
La primera vez que tuve un contacto verdadero con el budismo fue con el libro Siddharta de Herman Hesse, y como tenía sólo 20 años creo que no lo entendí muy bien. La segunda vez tenía 34 y en esta ocasión sentí que por primera vez en mi vida alguien me estaba contando la verdad.
Mira por ejemplo esta frase de Buda:
«Si tú supieras todo lo que yo sé sobre el poder de DAR, no dejarías ni un sólo alimento sin compartir».
Si la entiendes estarás entendiendo el que creo es uno de los significados más profundos de la vida, uno de los misterios de la vida en el planeta tierra. El libro «El secreto» es la extensión de esa frase de Buda, dicha hace más de 2500 años.
Viajar.
La verdad es que he viajado bastante si me comparas con la mayoría de los mortales, y ahora que lo pienso siempre como huyendo de donde estaba, como buscando algo más, algo que no tenía. ¿Y eso es malo? no, claro que no. Lo malo es no haber encontrado algo y aún así no buscarlo. Eso es malo porque te estancas y echas raíces y crees que no puedes moverte y, un día, realmente ya no puedes moverte y entonces te entra la tristeza y el desasosiego. Por eso me gusta viajar, porque viajar es buscar.
Leer.
Leo todo lo que cae en mis manos, pero sobre todo leo biografías, desarrollo personal y espiritualidad. No me malinterpretes, nunca he dicho que no a una buena novela, pues El Quijote es una experiencia incomparable, El Médico una aventura, y Los Pilares de La tierra un sueño. Pero yo leo mayormente sobre biografías, desarrollo personal y espiritualidad porque soy incansablemente curioso y apasionado por el conocimiento que otros han descubierto. Nuestro cuerpo y nuestra mente son la mayor fiesta del universo, y nosotros hemos sido invitados con un pase VIP a conocerlos.
Si me permites, déjame recomendarte cinco grandes libros.
Open de André Agrassi, Confieso que he vivido de Pablo Neruda, Padre Rico Padre Pobre de Robert Kiyosaki, El hombre más rico de Babilonia de George S Clason y Autobiografía de un Yogui de Paramahansa Yogananda.
Escribir.
Me gusta mucho escribir. Me gusta tanto tanto que cada vez lo hago menos menos. No sé por qué. Quizás es porque aún no estoy preparado, quizás es porque estoy esperando algo, un toque de atención, una señal, una muestra de valor por mi parte.
Ayudar a todas las personas que se cruzan en mi camino.
Todos los días. Desde que abro la puerta. Siempre, siempre, siempre, hay una oportunidad de ayudar a alguien. Cientos de veces al día. Una mirada, una sonrisa, un gracias, un por favor, un te abro la puerta, un me levanto discretamente para que te sientes pero lo hago de una forma en la que no te estoy diciendo que necesitas ayuda. Una propina. Un abrazo. Una llamada. Un pasa tú primero que llevas pocas cosas y yo no tengo prisa.
La naturaleza.
¡El planeta tierra es un paraíso!. Mira esos árboles, esos pájaros, el pelaje de esos animales, sus juegos, las hojas rojas en la montaña. Las fresas. Dios, ¿has probado a qué sabe una fresa recién cogida? Sabe a vida. Por eso me gusta la naturaleza, porque me habla de vida constantemente.
El SEO.
SEO significa Search Enginer Optimization, y es una profesión que quizás no conozcas pero que posiblemente te toque más de lo que crees. Cuando buscas algo en Google o en youtube normalmente cliqueas en alguna de las primeras opciones. Y esas páginas están las primeras porque personas como yo (o con muchísimo más conocimiento que yo), conocen los entresijos del SEO. Crear webs y posicionarlas mola bastante no sólo porque me da bastante dinero y tiempo libre para viajar y vivir donde quiera, sino que además me da la oportunidad de ayudar a personas a que tengan más clientes.
Para despedirme te cuento que una vez leí aquella historia sobre la carrera de la rata y a mí me entró bastante miedo.
La carrera de la rata es lo que hacemos casi todos los seres humanos en la sociedad actual: trabajar y consumir, trabajar y consumir, trabajar y consumir. Y de vez en cuando, cuando tenemos un hueco, disfrutamos. O al menos creemos que disfrutamos.
Eso básicamente significa que casi no existen seres humanos que sean realmente libres. Bueno, en realidad todos lo somos aunque no lo sabemos pero… ese es otro tema para otro día con un café, si quieres.
Yo aún no he salido de la carrera de la rata, pero te juro por mi vida que cada segundo que empleo en trabajar es para salir de ella. Mientras salgo y no salgo intento disfrutar lo que hago, sonreír cada mañana al despertar, y aprender y desaprender a partes iguales cada día de mi vida.
En fin, gracias por compartir conmigo este ratito. Aquí me tienes para lo que necesites, y si tienes algún buen consejo que darme, por favor no te lo guardes 🙂
Antonio.